En el último episodio de la temporada apuntamos contra nuestro objetivo favorito: nosotros mismos. Porque para ser dos personas cínicas, criticonas y cascarrabias hay que empezar por el autodesprecio. Pero ojo, ¿puede ser el autodesprecio no solo una fuente de sentido del humor lacerante y desprejuiciado sino un estupendo punto de partida para saber todo lo que no nos gusta de nosotros mismos e intentar cambiarlo? La respuesta es: sí. Porque somos unos h**** de p***, pero siempre tenemos razón.