Que me digan las veces que quieran fracasado, pero no frustrado. Jamás sentiré culpa por equivocarme intentando mis sueños, así la cague de forma descarada, no me arrepiento de intentarlo una vez, no hay un ruta clara sin tropiezos.
Muchos esperan que algo bueno les suceda mañana, son hijos del futuro mientras que el presente se les muere en las manos.
Hay que ser tercos para salir del desánimo y batir las alas en un nuevo vuelo, siendo tercos como el mar que se entrega a la orilla de noche y de día.
Yo no me se rendir y mucho menos cuando en verdad estoy queriendo, y yo siempre estoy queriendo, insistiendo, proponiendo, ¿qué acaso esto es terquedad o esperanza?, en verdad no lo se, pero lo seguiré haciendo y si la terquedad me abandona y me ruega que me detenga amenazándome de que ya no podrá soportar una herida más, pues el corazón le habrá de explica que solo tengo una vida y no tengo otra para volverlo a intentar.
¡Oigan inquebrantables!, haremos a las piedras tropezar porque no queda otra que ser terco cuando en la vida, tu única opción es serlo, amanecer tras amanecer, empecinados a no renunciar por el estandarte de la victoria que no sabemos cuando llegará, y que sino llega, por tercos nosotros iremos a ella, llegaremos a ella, será acorralada la victoria porque no somos de los que la esperan, sino de los que van.
Inquebrantable hasta el final, podré estar roto por fuera, pero de una sola pieza por dentro.