En noviembre de 1971, un hombre que se hizo llamar Dan Cooper secuestró un avión comercial en Estados Unidos, exigió 200 mil dólares y luego saltó en paracaídas desde la parte trasera del Boeing 727… sin dejar rastro.
Ni su identidad ni el dinero fueron encontrados, y el FBI pasó décadas investigando sin resultados. Hoy, el misterio de D.B. Cooper sigue siendo el único caso de piratería aérea sin resolver en la historia del país.