A veces, incluso cuando tu situación no mejora, tú sí lo haces. Deja de estresarte como si tuvieras que hacerlo solo y recuerda que Dios está contigo en esto. ¡Ya te ha dado lo que necesitas, y te ayudará a usarlo en lo que estás enfrentando!
Referencias bíblicas:
Filipenses 2, versículos 12-13