Para Ana María Lorenzo y sus 4 hijos, la vida no será igual después del Coronavirus. No hay regreso a la normalidad porque la enfermedad ha dejado una cicatriz permanente. El esposo de Ana María comenzó a sentirse mal a mediados de marzo y en apenas unos días, su salud se deterioró al grado que fue necesario que paramédicos llegaran a su casa para tratar de salvarlo. Esta es su historia: